Monday 19 October 2020

¿Qué método usar en una investigación antropológica?

 Los antropólogos deberán realizar investigaciones en diferentes sitios y cada uno tendrá sus propios requisitos, que no en todos los casos coincidirán. En este ensayo analizaré cómo los antecedentes y la personalidad del etnógrafo y la actitud de los lugareños y sus puntos de vista pueden afectar los enfoques adoptados en la investigación, y cómo algunas indagaciones de investigación pueden requerir métodos cuantitativos (que reunen datos numéricos, como estadísticas, en lugar de verbales, como testimonios [cualitativo])

En la mayoría de los casos, el antropólogo será visiblemente un forastero y, como tal, los lugareños tendrán diferentes actitudes hacia él / ella. Por ejemplo, C. Geertz (2005), en su investigación en Bali, encontró que la gente claramente lo ignoraba a él y a su esposa durante los primeros meses, porque eran blancos. En muchos países en desarrollo se puede mirar con recelo a los blancos, especialmente en las antiguas colonias de potencias europeas. Además, estas personas pueden tener suposiciones sobre los blancos, y muchos suponen que son ricos y, por lo tanto, intentan aprovecharse de ellos. Por ejemplo, M. Mead en Samoa le pagó una bicicleta a un hombre que, según descubrió más tarde, se la iba a dar sin coste alguno (Ellen 1984). Los antecedentes de uno pueden afectar el acceso que uno tiene a las diferentes instituciones y personas de la sociedad estudiada. Por ejemplo, siendo mujer, M. Mead (1943) también se limitó a trabajar con otras mujeres y niñas, ya que reconoció que no habría podido alcanzar el mismo nivel de intimidad con los niños. Además, mientras que observó una gran libertad sexual entre los jóvenes y adultos, Freeman, en la década de 1960, descubrió que las mismas personas a las que Mead había entrevistado aseguraban que nunca habían sido tan promiscuas como ella había sugerido. Si bien Mead era una mujer e hizo su investigación siendo joven, entrevistando a otras mujeres jóvenes, Freeman, en los años 60, era un hombre mayor y habló con mujeres y hombres mayores, lo que sugiere que los informantes podrían no haber sido tan abiertos con él como con Mead. Por otra parte, en los años 60 Samoa se había convertido al cristianismo, que tiene fuertes tabúes contra el sexo, mientras que en los años 20, cuando Mead estuvo allí, este no era el caso. Evans-Pritchard (1937), en su investigación de los Azande en el Congo, quería investigar la preparación de los médicos-brujos (witch-doctors), pero sabía que como hombre blanco se le habría negado el acceso, por lo que contrató a su sirviente, Kamanga, para reunir información para él en esa área. Por lo tanto, un etnógrafo tendrá que saber cuáles son sus antecedentes y cómo los perciben los lugareños, porque esto será una consideración importante al recopilar datos: si Freeman hubiera empleado a estudiantes de ciencias sociales más jóvenes para entrevistar a mujeres jóvenes en Samoa, como Evans-Pritchard empleó a Kamanga, tal vez hubieran sido más abiertos a ellas.

La antropología se preocupa por la experiencia subjetiva de las personas que estudian y, por lo tanto, la mayoría de las veces los antropólogos prefieren métodos cualitativos, que recopilan información en formato verbal, pero en algunas situaciones, con objetivos de investigación específicos, es posible que desee utilizar métodos cuantitativos, que recopila información numérica. Por ejemplo, una desventaja de la observación directa es que el objetivo de uno es muy restringido, mientras que con métodos cuantitativos, como los cuestionarios postales, el área de conocimiento es geográficamente más amplia. Si, por ejemplo, un antropólogo descubre una práctica en un campo, es posible que desee averiguar qué tan extendida está esa práctica. Para algunos temas controvertidos, por ejemplo, la mutilación genital femenina, los lugareños pueden no estar dispuestos a abrirse a un extranjero, pero en un cuestionario hay más sensación de anonimato porque los encuestados no necesariamente tienen que interactuar directamente con el investigador. Además, la construcción de confianza, una parte esencial de la etnografía, solo es posible con una cantidad limitada de personas, pero esto pone en peligro los resultados al verse afectados por diferencias individuales de los informantes o incluso del pueblo donde se establece. Por lo tanto, después de recopilar datos cualitativos de los informantes, el etnógrafo podría querer verificar los hallazgos con personas de otras partes de la población en general o con otros etnógrafos de la zona. Los métodos cuantitativos también son más rápidos de usar, por lo que, aunque no son teóricamente superiores en lo que respecta a la antropología, podrían ser aconsejables en situaciones en las que el tiempo es limitado (por ejemplo, debido a la falta de fondos). Por lo tanto, aunque la etnografía es el principal método de investigación del antropólogo, en circunstancias en las que los datos de otros sitios, que, especialmente en tiempos de globalización, pueden estar demasiado lejos para llegar personalmente, se vuelven necesarios, él o ella puede preferir utilizar algunos métodos cuantitativos para complementar sus observaciones.

En conclusión, un etnógrafo deberá tomar decisiones acerca de los métodos que usa, particularmente cuando existe una fuerte tensión entre su procedencia y la de la gente estudiada, como historia de colonialismo, y si quiere aumentar la velocidad y área de su investigación.


Bibliografía:

Evans-Pritchard. E (1937). Witchcraft, Oracles, and Magic Among the Azande

Geertz. C (2005). Daedalus

Mead. M (1943). Coming of Age in Samoa


Sunday 11 October 2020

¿Qué es la Cultura?

La cultura es una estructura de ideas e interpretaciones de las que emergen todas las tradiciones e instituciones de una sociedad o comunidad y da forma a su vida social. Por ejemplo, los indígenas Trobriand creen que cuando una persona muere, su alma va a la isla de Tuma, y al regresar transformado en waiwai’a posee a una mujer dejándola embarazada. Esta mujer siempre es del mismo dala o clan del espíritu, así que se podría decir que un dala es un eterno ciclo de reencarnación de los mismos individuos, pero, en una línea lógica de razonamiento, da lugar a prácticas que a cualquier extranjero parecerían extrañas: cuando un hombre prepara comida, no la comparte con su esposa e hijos, sino con su hermana y sobrinos. Esto es porque su esposa no pertenece al mismo dala que él, y sus hijos, como realmente son fruto de un waiwai’a, tampoco. Su hermana y sobrinos, sin embargo, sí son de su dala, pues comparten antepasados femeninos directa o indirectamente (Malinowski, 1922). Otras culturas, por otro lado, que tengan una creencia en el Cielo en lugar de la reencarnación, van a valorar el matrimonio mucho más que los Trobriand, y así las obligaciones van más entre los miembros del matrimonio que hacia el linaje espiritual. Así, las culturas son esquemas o instrucciones basadas en ideas compartidas para interpretar la realidad y organizar relaciones sociales: por ejemplo, ¿de dónde viene el hijo de una mujer?¿Qué hago al respecto?

Una cultura da identidad porque da sentido a las cosas. Como dice Kierkegaard, el que tiene completa libertad de instrucciones ante una decisión, se ve enfrentado al vacío. Cuando un hombre Tribriand prepara comida, el siguiente paso no existe. Es sólo el dala el que proporciona un motivo para hacer lo que hace, sólo las ideas dan sentido a las acciones, y es el compromiso a estas ideas y tradiciones que hacen que una persona se identifique o no con otros dependiendo de cómo actúen ellos. El hombre sólo es Trobriand desde que tiene un dala. Sin duda, para construir una identidad hace falta más de una idea. Otra cultura puede tener una institución como el dala pero creer en el Cielo, y por consecuente no practicar ritual alguno a la isla Tuma o a los waiwai’a. Esto, como vimos, es central para los Trobriand, así que no los aceptarían como parte del grupo. Ideas menos centrales a la identidad pueden ser violadas sin costar el lugar en el grupo. Así, la estructura de ideas es una identidad porque, al moldear el comportamiento, crea una imagen o concepto del yo, que se convierte en un lenguaje a través del cuál las relaciones sociales son fluidas o rugosas, creando así la distinción entre ‘nosotros’ y ‘ellos’, y sólo los que entren en la categoría del ‘nosotros’ serán parte de la cultura.

Tenemos entonces que la cultura es lo que nos separa del mundo del sinsentido. Empezando de un estado en el que vemos lo que existe sin reaccionar a ello, la cultura nos da directrices para tomar una decisión, nos da un concepto de hogar al formar un mapa del mundo social (eg dala), y nos da un papel en la comunidad del ‘nosotros’.